lunes, 17 de agosto de 2009

No necesito decálogos firmados por dioses, ni diluvios, ni redenciones para saber qué es lo justo, qué es lo razonable, qué es lo que debemos hacer en este mundo que se derrumba mientras nos enamoramos.

Y para que todo no se pierda como lágrimas bajo la lluvia, como te dije un día en letras de Benedetti, no nos salvemos.........ya tengo una vida llena de deseos y sufrimientos, eso no me llena y sin embargo continúo buscando la respuesta en el viento aunque sé que me encantaría encontrarla una tarde de domingo en el sofá del salón bajo la misma manta que tú.

No necesito nada cuando sé que el mundo está habitado por alguien como tú, si las rosas vuelven a florecer y tienes las manos llenas de luciérnagas.